lunes, 16 de abril de 2012

Consideran perjudicial acumular dos esquemas de prestaciones



No menos de 27 años han pasado desde que el sector laboral no ha visto luz con respecto al tema de las prestaciones sociales. La polémica comenzó en 1985 cuando se planteó modificar el régimen retroactivo, cobró fuerza en 1997 cuando se ejecutó la medida, y a la fecha es objeto de revisión por parte del Gobierno que prometió la vuelta de la retroactividad en la nueva Ley Orgánica del Trabajo. A pocos días de promulgarse la normativa laboral, trabajadores y patronos están a la expectativa sobre el nuevo esquema que regulará la relación laboral a partir del 1 de mayo.
Para María Bernardoni de Govea, ex ministra de Trabajo, si lo que se trata es favorecer al trabajador, sin dañar a la economía nacional, lo recomendable sería que al final de la relación laboral el patrono calcule la antigüedad de las prestaciones de su empleado en base al esquema anterior y el vigente, y que le cancele el que más le convenga al trabajador. Sobre este tema, ha preponderado el hermetismo de la Comisión Presidencial para la LOT. Se habla de reconocer la retroactividad a partir de la entrada en vigencia de la ley, aunque otros defienden la tesis que se aplique desde antes, pues el sistema aprobado en 1997 no reconoce la antigüedad del servicio ni una previsión en caso de auxilio de cesantía. Hace ya algunas semanas, Antonio Espinoza Prieto, uno de los voceros de la comisión, indicó que estaban evaluando el funcionamiento paralelo de dos sistemas. Todo apunta a que se va a mantener el pago de las prestaciones que mensualmente devengan los trabajadores como parte del salario y por otro lado se va a establecer el reconocimiento de la antigüedad con retroactivo. De aprobarse esta sugerencia, Bernardoni de Govea advierte que las empresas no van a poder soportar los costos. "Nos va a ser menos competitivos de lo que ya somos como país", asegura. En la actualidad, 78% de los empleos generados en el país se concentra en las pequeñas y medianas empresas, según el economista Richard Obuchi. Precisamente, este grupo es el que tendría mayor dificultad para responder a las exigencias, y de allí que el capítulo de la ley sobre las prestaciones no ha cerrado aún. Para Bernardoni, el debate no se debe centrar en cuál es el mejor modelo, porque ambos sistemas dependen de muchas variables que tienen que ver con la situación del trabajador, los años de servicio y la inflación del país. Sugiere que se mantenga el esquema vigente y culminada la relación laboral se haga un cálculo de cuánto le hubiera correspondido al trabajador con el sistema anterior y si arroja alguna diferencia a favor del trabajador se le entrega. "Se sabe que la Constitución hay que cumplirla, pero no dice que debemos acumular dos regímenes, el anterior y el nuevo, porque eso es sumamente costoso", advierte. 14 años sin cumplir La ex titular de Trabajo relata que en 1997 se adoptó el cambio del régimen de prestaciones a cambio de recomponer el salario, que se caracterizaba por bonos, y la puesta en práctica de un plan social integral. Recuerda que cuando llegó el presidente Hugo Chávez al poder (1998) estaban aprobadas unas siete leyes para que su Gobierno las implementara, pero lamentablemente no se aplicó ese sistema de seguridad. Cree que el futuro del trabajador no puede estar solo en manos del patrono, sino que el Estado debe garantizarle un plan integral de salud, pensión de vejez y vivienda. Gran debate Bernardoni de Govea resalta el amplio debate que se dio hace 15 años con todos los sectores para tomar las decisiones. Detalla que tres de las cuatro confederaciones sindicales que existían en 1997 respaldaron la modificación de la retroactividad de las prestaciones, mientras que entre los empresarios hubo unanimidad. Posteriormente, el Congreso de la República discutió la reforma y la aprobó con una mayoría de al menos 80%. "No hubo ideologización en el discurso ni en el debate. Todo el mundo estaba buscando una salida que no perjudicara a los trabajadores y que permitiera a la economía salir del abismo donde estaba, y donde vamos a caer si vuelve el método retroactivo", agrega. Considera que si el Presidente tuviera disposición para devolver la retroactividad, lo hubiese hecho en 1999. La ex ministra de Trabajo acota que en 2004 el Tribunal Supremo de Justicia convalidó la reforma de la ley y el tripartismo. Deja a la reflexión que si el régimen actual de prestaciones fue inconsulto, por qué se insiste en mantenerlo en la nueva LOT. Tomado de El Universal.

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