lunes, 14 de noviembre de 2011

Escasez de insumos tiene acorralada a pequeña industria



Sin insumos no hay producción. Y la pequeña industria carabobeña atraviesa un campo en el que las materias primas no se consiguen. Esto ha provocado que la capacidad ociosa de las empresas siga creciendo al punto de superar el 50% a finales de un año signado por fallas en la entrega de divisas, apagones y poca producción. Los afilados a la Cámara de Pequeños y Medianos Industriales y Empresarios de Carabobo tienen problemas para conseguir el acero que produce Sidor, el plástico que debe surtir Pequiven y hasta el gas de uso industrial a cargo de Pdvsa.
Su presidente, Manuel Emilio Pérez, muestra preocupación por todos los sectores productivos, incluso por las compañías que ofrecen servicios, ya que su nivel de facturación ha bajado. Los recurrentes conflictos en la siderúrgica Alfonso Maneiro (Sidor) y la caída de la producción producto de la crisis eléctrica, dejan fallas en el abastecimiento de acero a las empresas metalmecánicas de la región. "Los afiliados tienen problemas para conseguir cabillas, láminas, tubos cuadrados y redondos y pletinas", detalló. Al final, es la construcción de viviendas la afectada por esta escasez. Explica que algunos proveedores exigen, para ejecutar la venta de estos materiales, el registro de comercio de la empresa, con el fin de evitar entregárselos a revendedores. Las piezas de acero también tienen uso industrial, en la fabricación de piezas para vehículos, partes eléctricas y un sinfín de componentes para otras ramas productivas. Con el plástico ocurre lo mismo. Pequiven deja de despachar entre 70% y 80% de los pedidos de polipropileno que hacen las industrias transformadoras en la región. La razón que da la estatal es que hay paradas de mantenimiento, pero Pérez aclara que en algunos casos no se especifican las causas. Este ramo económico elabora, más que todo, envases y paquetes contenedores de jugos y leche. El gas industrial, que requieren buena parte de las empresas metalmecánicas para mantener sus hornos activos, también falla con regularidad. Y las fallas en el despacho de aluminio comenzaron desde hace seis meses. Pérez advierte que en estos casos, el único proveedor de los insumos es el Estado y a los industriales les invade el temor de denunciar, por miedo a que los despachos cesen definitivamente. Más complicaciones La falta de insumos y materias primas está desplazando los problemas cotidianos que enfrentó la pequeña industria desde que comenzó el 2011. Las fallas de Cadivi para entregar divisas y la dualidad de precios de la moneda extranjera con la entrada en vigencia del Sitme (un sistema de compra de dólares a través de bonos que maneja el BCV) han creado más distorsiones en un mercado que tiene buena parte de los precios controlados. Los apagones, que se mantienen a pesar de haber sido declarado el fin de la crisis eléctrica, siguen creando cifras rojas y tiempos de ocio en las empresas productivas. "Es un imprevisto que no se puede agregar a ninguna contabilidad", comentó Pérez. También la ausencia de reglas claras, el pago de impuestos y aportes de ley ha reducido la capacidad de producción de las empresas, al estar ociosa un poco más de la producción. Esto ha repercutido en las compañías que prestan servicio a las pequeñas industrias. Ley de Costos genera preocupación "Ha sido un año crítico", se quejó el presidente de Capemiac, quien no olvida que a finales de 2011 ya entrará en plena vigencia la Ley de Costos y Precios Justos, pues les genera a los empresarios más preocupaciones, porque vendrán más regulaciones que complicarán el proceso productivo. "Cada vez que aumentan los controles, cae la producción", resumió.

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